VIAJE AL CENTRO DE LA MUTUA CON... Raúl Maturana Mulero

Entrevista

Llega el momento de hablar de fisioterapia. Lo hacemos con Raúl Maturana, uno de nuestros profesionales en la dirección provincial de Barcelona, que empezó a hacer prácticas curriculares en Fraternidad-Muprespa en el año 2000, durante su último año de carrera, cursada en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de Murcia, en el campus de Espinardo. Una vez completada su formación universitaria, combinó el trabajo en centros privados de fisioterapia con las sustituciones en esta Mutua y la formación de postgrado en Osteopatía.

A finales de 2007 se trasladó a Barcelona para dedicarse a la que fue durante años su segunda ocupación: la producción musical. Al poco tiempo recibió la noticia de que quedaba una plaza libre de fisioterapeuta en Fraternidad-Muprespa en esta ciudad y se incorporó de manera definitiva a nuestra plantilla, actividad que sigue desempeñando.

En este período ha realizado un máster en Acupuntura y Medicina Tradicional China y el DO de Osteopatía en la Escuela de Osteopatía de Madrid. También tiene un curso de acupuntura avanzada y otro de manejo del Sistema Nervioso Autónomo en pacientes con dolor crónico.

Compagina su trabajo en Fraternidad-Muprespa con el ámbito privado, en donde plantea tratamientos que incorporan las disciplinas en las que se ha formado a lo largo de su carrera profesional.

rehabilitación

 

Explícanos qué es la fisioterapia y cuántas especialidades existen actualmente en España

La fisioterapia es la rama de la sanidad que trata y evalúa las lesiones del sistema musculoesquelético, aplicando medios físicos para la recuperación o mejora de la funcionalidad. La temperatura, la electricidad o la presión son algunos de los agentes físicos presentes en nuestra actividad cotidiana. Termoterapia, electroterapia y manipulación manual de pacientes son términos habituales que ya todo el mundo conoce, como también la magnetoterapia o la hidroterapia, por citar solamente algunas técnicas.

Actualmente la formación en fisioterapia es un grado universitario con posibilidad de especializarse en diversos campos a través de la formación de postgrado.

Las especialidades que más destacan hoy día son la fisioterapia neurológica, la deportiva, la traumatológica, la osteopatía y la ginecológica y del suelo pélvico.

En Fraternidad-Muprespa se trabaja casi exclusivamente la fisioterapia traumatológica, debido al tipo de lesiones que gestionamos, y en ocasiones muy contadas la neurológica. Hay que tener en cuenta que los golpes, caídas y sobreesfuerzos, con daños óseos y musculares, son contingencias profesionales muy frecuentes.

Personalmente, creo que nos podríamos beneficiar mucho de la osteopatía, que nos ofrece una perspectiva mucho más amplia de la lesión en sí y amplía el concepto biomecánico.

 

¿Qué importancia tiene la rehabilitación en Fraternidad-Muprespa?

La rehabilitación es uno de los pilares de la Mutua, un gran porcentaje de los pacientes que acuden a nuestros centros a diario, lo hacen para beneficiarse de este servicio. El servicio de rehabilitación es la cara visible de la Mutua y la más cercana a los pacientes. Convivimos con ellos, los asesoramos y acompañamos en un tránsito tan complejo como el que supone su recuperación, su adaptación a la vida cotidiana desde una situación de incapacidad con todo el trastorno que supone.

La vuelta paulatina a la actividad física y a la funcionalidad es esencial para la pronta reincorporación del paciente a su vida cotidiana, incluida la profesional. Movilizaciones tempranas, buena gestión del período postquirúrgico y el trabajo muscular precoz son elementos importantes que acortarán el tiempo de recuperación.

La evaluación fisioterápica es fundamental en el proceso de rehabilitación. Aunque los pacientes nos lleguen perfectamente explorados, a mí me gusta realizar una evaluación previa para identificar cuál es la estructura que se encuentra dañada y sobre todo una buena anamnesis que voy completando con el día a día, en la que suelo recopilar valiosa información sobre la situación general del paciente que me permite enfocar el caso de la forma más adecuada.

No todo el mundo necesita el mismo trato, hay pacientes que agradecen una demanda mayor de esfuerzo y otros con los que hay que ser más delicado. La rehabilitación más individualizada ofrece mejores resultados.

La visión del profesional rehabilitador puede complementar y mejorar la del médico, al fin y al cabo nosotros tratamos a diario con el paciente y hay aspectos que podrían pasar inadvertidos en una consulta realizada cada dos semanas. Personalmente creo en la visión múltiple de cada caso, pero también creo que el fisioterapeuta tiene que tener siempre la suya propia.

 

Quizás sea la actividad sanitaria que más tiempo de contacto físico requiere con el paciente ¿La empatía es una habilidad imprescindible para el rehabilitador?

Por supuesto, la empatía es fundamental y sobre todo la transmisión afectiva al paciente. Es vital que el paciente se sienta acogido y en un entorno seguro para poder desarrollar su recuperación de la mejor forma posible. Este cometido se nos plantea difícil si no tenemos los recursos personales para ejecutarlo. Es por eso, que la fisioterapia es una profesión muy vocacional y que debería tener una formación mucho más amplia sobre el manejo del contexto emocional del paciente.

La fisioterapia requiere de mucho contacto físico, pero también humano. Si no somos capaces de ponernos en la piel del paciente y entender su sufrimiento, difícilmente vamos a poder realizar un buen trabajo. Es fundamental escuchar al paciente y explicarle bien cuál es su situación y hacia donde le queremos llevar.

Hubo un libro que me marcó: ‘’La teoría polivagal´´, de Stephen W. Porges. En él se habla de los efectos fisiológicos del comportamiento humano, entre otras cosas. Por ejemplo, como el hecho de mirar a los ojos o el mero contacto físico mejora los niveles de oxitocina, y de cómo el cuerpo genera sustancias que son beneficiosas para la recuperación a través de una serie de emociones: cuidado, bienestar,…

La fisioterapia es una profesión muy vocacional, que debería tener una formación mucho más amplia sobre el manejo del contexto emocional del paciente

Creo firmemente en una fisioterapia más humanizada y para mí esa es la auténtica dirección que debería llevar la profesión en un futuro, y no la de la saturación de los gimnasios, que para mí es totalmente contraproducente.

El dominio técnico de la rehabilitación es crucial para optimizar resultados; pero hay una parte de vital importancia que no se ha de obviar, concretamente el aspecto psicosocial.

 A menudo nos encontramos con una problemática añadida a la propia lesión y aunque, en numerosas ocasiones pensamos que dista de la labor de un fisioterapeuta, hemos de ser capaces de identificar cualquier factor que se interponga en la recuperación funcional de nuestros pacientes. Ansiedad, depresión, problemas alimentarios, económicos o logísticos derivados de su periodo de incapacidad temporal jugarán un papel negativo que entorpecerán la evolución del paciente.

Recuerdo, entre muchos otros casos, cómo un autónomo que realizaba trabajos verticales y se encontraba en fase de rehabilitación de una fractura postquirúrgica de codo, sufrió una sustancial caída de sus ingresos económicos y la consiguiente dificultad para hacer frente al alquiler de su vivienda en la que residía con su hijo. Empezó a desarrollar algias que en las primeras semanas, al principio del proceso, no se habían manifestado. Su sintomatología empeoraba, así que tras una conversación con él detectamos que presentaba esa problemática de carácter económico y a través de nuestra compañera de trabajo social, conseguimos articular unas ayudas que aliviaron considerablemente su situación. A partir de entonces, olvidada su preocupación, la sintomatología dolorosa remitió y el paciente pudo centrarse mucho más en su recuperación, esforzándose al máximo y consiguiendo reincorporarse en un tiempo record a su trabajo.

La moraleja de esta historia es que debemos comunicarnos mucho con nuestros pacientes y ser un equipo multidisciplinar que cubra las necesidades que se derivan del período de su recuperación funcional. Según mi experiencia, los resultados obtenidos, cuando funcionamos de esta forma, son espectaculares a nivel clínico. En Barcelona ya trabajamos así junto con los compañeros médicos, enfermeros y de otras ramas, desembocando en resultados muy positivos.

 

Se nota cierta tendencia a una mayor autonomía del profesional fisioterapeuta respecto del médico

Para mí la fisioterapia es ya una profesión independiente. La formación actual, universitaria y de postgrado, nos ha llevado a cotas de calidad formativa mucho más elevadas. Actualmente los fisioterapeutas son capaces de emitir un diagnóstico por sí mismos en numerosas lesiones del aparato locomotor a través de la evaluación fisioterápica que incluye el estudio del balance articular, el balance muscular y test ortopédicos que nos permiten identificar la estructura que causa la disfunción. También, cada vez más profesionales de esta rama están incluyendo la ecografía en sus rutinas exploratorias y de tratamiento.

Si bien es verdad que la fisioterapia no depende de la medicina, personalmente opino que el binomio fisioterapeuta-médico ofrece muy buenos resultados, siempre desde un modelo de relación horizontal no jerarquizada. Cada uno tenemos nuestro campo de actuación y no debemos descartar la perspectiva médica que es fundamental en la diagnosis de algunas patologías.

Intuyo que esto se extiende también a la enfermería, con una tendencia a actuar de forma más autónoma y en un back to back continuo con el médico.     

En el modelo tradicional, el médico pauta un tratamiento rehabilitador que el fisioterapeuta debe ejecutar. Actualmente, esta metodología se halla prácticamente en desuso. Son muchos los pacientes que cuando sienten dolor muscular o molestias tras el desempeño de alguna actividad deportiva acuden directamente a su fisio de confianza.

Supongo que como en el resto de centros cuya infraestructura lo permita, aquí en Barcelona trabajamos como un equipo en el que cada uno desempeña una función concreta, complementándonos y apoyándonos entre todos. Creo que es un modelo hacia al que hay que tender y por el que se debe apostar; un modelo de relación más horizontal en el que todos los agentes compartan autonomía y responsabilidades.

En nuestro proceso de reingeniería de la rehabilitación, en Fraternidad-Muprespa, ya se habló de que los fisioterapeutas íbamos a tener el poder de decisión sobre la finalización del tratamiento rehabilitador, lo cual me parece una avance y una tendencia saludable para todos que enriquece nuestro modelo.

 

centro

 

¿Cabe el factor “innovación” en esta disciplina?

La innovación es imprescindible para la fisioterapia en la Mutua, a pesar de que en los últimos años hemos implementado técnicas como la punción seca y la fibrólisis instrumental, con ganchos, esta disciplina ha evolucionado mucho más y deberíamos abrirnos a otras materias como la osteopatía, que ya está avalada por la Unión Europea o la acupuntura que es muy útil en el tratamiento del dolor crónico y está reconocida por la OMS. Creo que la fisioterapia avanza a pasos agigantados hacia el enfoque global, holístico. El tratar una tendinitis de hombro desde la flexibilización del tórax, el trabajo del diafragma y la regulación de la función hepática es el futuro. Puedo asegurar, por propia experiencia, que ofrece muchos y mejores resultados.

Además, a nivel de aparataje, la renovación constante se antoja necesaria por la propia evolución natural de esta disciplina, que ha avanzado mucho tecnológicamente. Diatermia, ondas de choque y neuromodulación han demostrado tener muy buenos efectos, en sustitución de los equipos tradicionales como el láser, microondas y ultrasonidos, redundando en un mayor beneficio para los pacientes. Al fin y al cabo, estos equipos constituyen la primera tecnología usada en la fisioterapia.

Este año tuve la suerte de participar en uno de los grupos de trabajo del proyecto de reingeniería de la rehabilitación y me congratula ver la orientación que está tomando la Mutua hacia el modelo biopsicosocial de la patología, en la que no sólo se entiende como una alteración de la estructura y la función, si no como el conjunto de factores que conviven con esa lesión en un paciente: el cultural, el sociofamiliar o el económico.

Para mí el auténtico avance en la rehabilitación, consiste en la humanización de la rehabilitación. Creo firmemente que la rehabilitación está mal planteada en muchas clínicas privadas, ya que la mayoría de estos centros se encuentran sujetos a un overating de pacientes, entre otras cosas, para hacerlos rentables; pero hemos de tener en cuenta que un fisioterapeuta que tenga que estar pendiente de media docena de pacientes por hora es imposible que haga un buen trabajo; y que estaría proporcionando una fisioterapia de baja calidad.

Me alivia bastante comprobar que en Fraternidad-Muprespa tenemos muy claro que los ratios de tres pacientes por hora no deben ser superados. Hemos de ser conscientes de que, salvo con los pacientes poco colaboradores, debemos contar con el tiempo necesario para acercarnos a ellos, aplicar técnicas, ofrecerles un feedback de su proceso rehabilitador y tener tiempo para interconsultar con otros compañeros, para intentar gestionar cada caso con la mayor diligencia. Si no respetamos los ratios esto es imposible, y la fisioterapia de primera calidad pasa por aquí.

En Fraternidad-Muprespa tenemos muy claro que los ratios de tres pacientes por hora no deben ser superados

Entre muchas otras cosas, en la reingeniería de la rehabilitación, abordamos el tema de la telefisioterapia, consultando algunos estudios que con la poca experiencia con la que se contaba en aquel momento se habían realizado, no objetivamos que hubiera una clara diferencia en cuanto a costes ni a resultados. Aunque si llegamos a la conclusión de que podría ser una buena herramienta en algunos casos concretos: pacientes colaboradores y con muchas dificultades para desplazarse al centro.

Creo que la fisioterapia tiene que ganar más en cercanía, acortar distancias, y que para eso es importante velar por la salud mental de los profesionales. Para todos estos pacientes, como he comentado antes, somos la cara visible de la Mutua, y no debemos dejar de reflexionar sobre la forma de seguir evolucionando y mejorando nuestro servicio.

Otra de las experiencias que hemos tenido durante la postpandemia es que al tener el aforo limitado y hacer dos grupos de pacientes, con la rehabilitación en días alternos, no hemos observado un cambio negativo en los resultados y yo diría que en algunos incluso los mejora. La rutina de acudir diariamente al centro para algunos pacientes colaboradores no es necesaria, ya que pueden realizar ejercicios por su cuenta y venir a nuestro centro sólo para recibir tratamiento manual del fisioterapeuta.

La autonomía del paciente es algo que también tratamos a lo largo de las “jornadas sobre la reingeniería de la rehabilitación” y se llegó a la conclusión de que había que potenciar el empoderamiento del paciente dentro de su proceso rehabilitador, que se sintiera más presente en él. La app móvil Mi Frater paciente es una de las mejores herramientas con las que contamos hoy en día para que el paciente pueda acceder a toda la información sobre su proceso de incapacidad temporal e incluso acceder a un banco de ejercicios e indicaciones que se le proponen para que pueda realizar por su cuenta.

Me ha alegrado mucho además comprobar cómo la Mutua está cambiando la mirada en temas tan importantes como el mindfulness, la programación neurolingüística y el manejo del estrés. Aspectos, todos ellos, presentes en la web corporativa y en nuestras redes sociales habitualmente. Son temas muy importantes que afectan directamente a nuestros pacientes y también a los que trabajamos con ellos.

La inclusión de estos factores marca la diferencia en una asistencia sanitaria de calidad y deberíamos poner más energía en desarrollarlos.

 

¿Cuál es tu impresión sobre el índice de satisfacción de los trabajadores accidentados que han pasado por tus manos?

Aunque habría que trasladar esta cuestión directamente a mis pacientes, la impresión que me llega es buena, sobre todo con algunos que han vivido varios procesos de rehabilitación con nosotros. Creo que todos se han sentido en buenas manos y con un alto nivel de satisfacción.

Como anécdota reseñable, una vez un grupo de pacientes me trajo un pastel el día de mi cumpleaños y me escribieron una carta de agradecimiento. Fue un momento entrañable.

En la última encuesta de satisfacción realizada entre los usuarios de Fraternidad-Muprespa, el servicio de fisioterapia de toda la entidad ha recibido una puntuación media de 9,4 sobre 10, así que tenemos que estar orgullosos por la valoración y seguir trabajando para subir la nota.