En los últimos años se han producido cambios muy significativos en la forma de organización empresarial de las actividades productivas.

Probablemente los dos cambios más relevantes y evidentes son los relativos a la localización de la empresa y la desintegración vertical y externalización de procesos a otras empresas respecto a la anterior producción integrada verticalmente en una única empresa, e incluso en una única planta.

Como siempre, hay que advertir que ambos fenómenos no son totalmente nuevos, ni abarcan a todo el tejido empresarial. Como siempre, conviven, en las economías nacionales y mundiales, formas de producción y organización muy diversas. Lo significativo es la tendencia creciente de esas "nuevas" formas de organización empresarial, su publicitación, la importancia de los sectores y empresas implicadas y las repercusiones económicas, jurídicas y sociales.