Gracias a cada persona del equipo por ayudar a mi casi milagrosa recuperación por su capacidad de crear sonrisas y conseguir aunque temporalmente, que Madre de Dios sea como mi segunda casa.
Por ello agradecer a Rosita, Mercedes y Debi traducir un lunes lluvioso en un viernes soleado. Nada más entrar a Elena de administración su paciencia infinita con mi gestor de autónomos.
A Noelia y Mayte por tramitar con diligencia mis citas. A Erica y a Iván por curarme sin dolor. Y sobre todo a Daniel Celso por tomar las riendas para que la travesía de la herida llegara pronto a buen fin, y por el gran seguimiento que me está haciendo.
Así mismo, agradecer a Marisa como es, y cómo hace lo que hace siendo como un abrazo de corazón a corazón, tanto su trato como sus indicaciones y sus diligentes gestiones para cuadrar el tetris y hacernos la vida muy fácil y llevadera, contagiándonos su positivismo y alegría de vivir. Agradecer también a Nieves y a Rocío complementar a Marisa, sumando de forma exponencial.
A Rubén, mi fisio, agradecerle sus manos, su tratamiento, su paciencia y como me quitó miedos el primer día al explicarme los dolores irradiados que iba a tener ¡ah! y su cyriax que han devuelto la movilidad a mi brazo. Agradecer también a Ángel María permitirme pasar a nuevas pantallas de mi rehabilitación, un reto que gustoso lo tomo. ¡Ah! y su gran cuadro de los acantilados que en breve, me recuerda que caminaré sin muletas a uno de ellos. Agradecer también a Marie, Héctor, Esther y María por sus masajes.
Agradecer a Leire, Cristina, Edu, Guiomar, Rocío, Aitor y Vanessa el excelente ambiente de trabajo que nos contagian, ayudándonos a llevar con gran actitud cada ejercicio que afrontamos.
Por último, gracias a Teresa por cuadrar las rutas cual cubo de rubik.