PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES

General
Autor
Fraternidad-Muprespa

18-08-2016

En verano nuestros montes y bosques corren un grave peligro, los incendios. Las altas temperaturas junto a la escasez de agua hacen que el riesgo sea mayor.

Los incendios forestales son fuegos que se extienden sin control en el terreno forestal o silvestre, afectando combustibles vegetales, flora y fauna.

El incendio forestal se diferencia del resto por su amplia extensión, la velocidad a la que se extiende, su potencial para cambiar de dirección inesperadamente y su voracidad que le hace superar obstáculos como carreteras, ríos e incluso cortafuegos.

El calor provoca la deshidratación en las plantas, que cuando el sustrato se seca les es imposible recuperar el agua perdida. Al secarse, la vegetación emite a la atmósfera etileno, un compuesto químico altamente combustible, lo que provoca un doble fenómeno: las plantas y el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables y el riesgo de incendio se multiplica.

Y si a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la posibilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelven significativa.

Al margen de que las condiciones físicas sean más o menos favorecedoras, hay que destacar que en la gran mayoría de los casos no son causas naturales las que provocan el fuego, sino la acción humana, ya sea de manera intencionada o no.

Las causas que originan un incendio forestal se agrupan pues en tres categorías principales:

  • Intencionados: representan un 60-70 % de los casos. La quema no autorizada, la piromanía, usos cinegéticos, vandalismo, venganzas personales, especulación urbanística, bajar el precio de la madera, etc. Este tipo de incendios son considerados un delito.
  • Negligencias y otras causas accidentales: representan un 15 %-25 % de los casos. Las quemas agrícolas autorizadas, pero se perdió el control del fuego. Las colillas y hogueras mal apagadas, quema de basuras, trabajos forestales, etc pertenecen también a este tipo de causa.
  • Naturales: representan menos de un 5 % de los casos. Se deben casi siempre a la acción de un rayo.

 

A la hora de prevenir los incendios lo principal es evitar que se provoquen, además hay una serie de medidas que nos ayudan en esta tarea:

  • La concienciación social: Educar a la población en un uso racional del fuego, evitando situaciones de riesgo, mediante campañas informativas y multas coercitivas.
  • El cuidado y planificación de las masas forestales y los bosques: realizando cortafuegos y una extensa red de pistas forestales y depósitos de agua.
  • La limpieza periódica de bosques: labores selvícolas y labores de desbroce.
  • La introducción en franjas delimitadoras de especies con un bajo poder combustible.
  • La realización de quemas preventivas (quema prescrita) durante períodos de bajo riesgo de incendio.
  • La adopción de medidas legislativas orientadas a prevenir que existan personas o colectivos que puedan sacar beneficio de los incendios.
  • Reforzar la persecución policial y judicial de los incendiarios para evitar que puedan quedar impunes.

Conservar y proteger nuestros montes es conservar y proteger uno de los patrimonios más valiosos que tenemos en nuestro territorio. Su valor radica en sus funciones ecológicas, pero también en sus funciones sociales como fuente de riqueza, de trabajo y de actividades recreativas. Por eso, la lucha contra los incendios forestales es fundamental, pues se trata de combatir una de las amenazas más importantes a las que están expuestos nuestros montes.

 

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