Prevyman y la salud mental en el entorno laboral
¿Dónde estoy y qué me ha pasado?
Hace unos cuantos meses, en unas jornadas sobre prevención de riesgos psicosociales, me encontré con un antiguo compañero de estudios universitarios tras la cual ambos enfocamos nuestro desarrollo profesional hacia la prevención de riesgos laborales.
Esta persona siempre había tenido un excelente humor, pero le noté muy preocupado y me confesó que había acudido al congreso en busca de respuestas y orientación ante la situación que estaba viviendo en su empresa. Es responsable del servicio de prevención propio de una planta industrial del sector metal donde prestan servicio 550 trabajadores.
A mi colega le preocupa la ocurrencia de accidentes, alguno grave, por lo que califica en primer momento como imprudencias, pero analizando hechos y situaciones está llegando a la conclusión de que algo más subyace en alguno de estos accidentes y comienza a estar preocupado por los riesgos psicosociales en su empresa y, concretamente, aspectos derivados de la salud mental de los trabajadores. Me dice que nunca le había prestado la suficiente atención a este aspecto ya que se había centrado más en los riesgos relacionados con la seguridad del trabajo y la higiene industrial.
Me ha pedido ayuda y decido visitarle para enfocar su problema y estudiar algún caso concreto que nos dé pistas de cómo mejorar la situación y abordar un planteamiento global.
¿De qué medios dispone la empresa para evitar esta situación?
Durante la visita que he realizado a la empresa de mi colega me ha comentado un caso que considera muy significativo ya que ha conllevado un accidente laboral en la planta con daños materiales y personales cuya causa de fondo ha sido un problema de salud mental.
Como suele pasar en estos casos, el trabajador se muestra reticente a compartir su problema pues él mismo lo tiene estigmatizado y tiene miedo de compartirlo por el qué puedan pensar sus compañeros sobre él. Finalmente se consigue crear un clima de confianza con el trabajador que le hace explicarse y mostrar cómo se siente anímicamente, cosa que, por otra parte, parecía estar ansioso por hacer.
Se trata de un trabajador que ha confesado que atraviesa una depresión que achaca sobre todo a circunstancias relacionadas con su trabajo. Dice estar expuesto a un estrés muy elevado y continuado en el tiempo, además de una carga de trabajo que la mayoría de veces le es imposible soportar. Por si no fuera poco, considera que su trabajo conlleva una elevada responsabilidad y poca tolerancia al error por lo que ese estrés aumenta y además nunca ha recibido un reconocimiento de sus jefes por el trabajo que realiza, más bien lo contrario lo que le ha llevado a sentir una gran frustración.
Nos dice que las pocas personas cercanas con las que ha compartido su problema no le dan importancia y siente que no empatizan con él, incluso le llegan a decir que “no tiene problemas importantes en su vida como para tener depresión, que tiene trabajo y ‘vive muy bien’”. Esto le hace encerrarse más en sí mismo y sentirse más incomprendido aún.
El trabajador hasta el momento no ha querido ponerse en manos de un psicólogo, pues él nunca pensaba que iba a pasar por una situación así y además tiene la idea preconcebida de que al psicólogo solamente acuden personas desequilibradas, incluso dice de sí mismo que no está loco para recibir ayuda psicológica. Todo esto hace que el problema, lejos de superarse se va agravando poco a poco y cada vez le cuesta más hacer una vida medio normal e incluso acudir a trabajar cada día, pues ya ha faltado más días a trabajar este año que en los 10 anteriores.
La situación por la que está pasando le está pasando factura. Era un trabajador comprometido y exhaustivo con su trabajo, pero desde hace unos meses todo ha empezado a cambiar y su rendimiento se comienza a resentir. El que hasta ahora era un profesional intachable empieza a ser cuestionado, la relación con sus jefes y compañeros también se ve deteriorada y comentan que “no parece el mismo que antes”, incluso ha perdido ese liderazgo que le caracterizaba.
En el entorno personal, tampoco las cosas van mucho mejor. La que antes era una persona que todo el mundo consideraba afable y con don de gentes, ha pasado a ser una persona apática, introvertida y a la que cada vez más le cuesta salir con los amigos o mantener el contacto con personas que conoce desde hace años.
Hace un par de meses se empezó a automedicar con benzodiacepinas y tranquilizantes que le hacen sentir mejor (de manera momentánea) pero que tienen una importante incidencia en la conducción y en el manejo de equipos de trabajo como, por ejemplo, el puente grúa que debe utilizar diariamente en su trabajo. A pesar de que ha recibido información por parte de la empresa acerca de los peligros de conducir y manejar maquinaria bajo los efectos de medicamentos adversos en este sentido la depresión le ha hecho también cambiar la percepción del riesgo y no le da importancia a conducir bajo los efectos de los medicamentos que está tomando, aún a pesar de que ya ha tenido algún susto al volante por quedarse dormido.
La situación tocó fondo cuando ocurrió un accidente al desprenderse una carga mal sujeta del puente grúa que estaba manejando el trabajador. La investigación del accidente determinó que la causa principal que lo originó fue el hecho de que las capacidades sensitivas y de concentración del trabajador estaban disminuidas por los efectos de los tranquilizantes que estaba tomando sin prescripción médica alguna. El accidente provocó daños materiales y daños leves en la pierna de un trabajador sobre el que ha caído parte de dicha carga y que le hizo estar varios días de baja.
El resultado global de esta reunión mantenida con el trabajador es muy positiva pues a mi colega, como responsable de PRL de la empresa, la conversación le ha servido para darse cuenta de que en los últimos tiempos ha estado demasiado ocupado por la parte burocrática de la PRL sin prestar atención a hablar realmente de seguridad laboral con los trabajadores, sin recibir feedback de los mandos intermedios que quizás podían haberle advertido de la situación emocional en la que se encontraba el trabajador. Y al propio trabajador la conversación le sirve como punto de inflexión, el haber compartido el problema por el que está pasando le ha ‘liberado’ y decide, por fin, ponerse en manos de un psicólogo y a la vez hacer un trabajo interior para volver a ser aquella persona que era antes de esta etapa.
En base a todo esto, mi colega junto con la Dirección de la empresa decide poner en marcha el siguiente plan para fomentar el bienestar emocional de los trabajadores de la empresa:
- Realizar desde cero una evaluación de riesgos psicosociales en la planta mucho más completa y profunda que la que tenían hecha hasta ese momento, gracias a la cual se ha podido detectar los puntos rojos sobre los que es necesario actuar de forma más urgente y establecer un plan de medidas que nacen con el compromiso de adoptar las medidas que sean necesarias por parte de la Dirección de la empresa, entre ellas atajar y solucionar ciertos casos de mobbing detectados y reorganizar las tareas para reducir la carga de trabajo que sufrían determinados puestos.
- Se decide hacer una re-organización completa de la estructura de la empresa, optimizando los procesos y tareas para reducir la carga de trabajo de ciertos puestos de trabajo que aparecían como 'riesgo moderado' en la evaluación de riesgos psicosociales, ampliando en esos puestos la plantilla de trabajadores.
- Desde el dpto de Formación, se planifica una formación sobre gestión de equipos humanos para los mandos intermedios, con el fin de mejorar la forma en cómo se relacionan con los miembros de su equipo.
- La empresa decide implantar un plan de conciliación de la vida personal y laboral que incluye medidas como la racionalización del horario de trabajo, el teletrabajo y la flexibilidad horaria.
- Se establece un sistema de valoración del desempeño de cada trabajador, riguroso y objetivo, de tal forma que permita recibir al trabajador un reconocimiento a su trabajo.
- Se pone en marcha un comité de prevención del acoso laboral que tiene por objeto evitar las posibles situaciones de conductas inapropiadas que puedan darse en la empresas así como valorar las medidas a aplicar en caso de que se produzca algún caso.
- De forma paralela y con la colaboración del departamento de Recursos Humanos, la empresa decide apostar firmemente por el bienestar emocional de sus trabajadores implantando acciones como talleres de mindfulness, talleres de gestión del estrés, planes de conciliación laboral y personal o la posibilidad disponer del acceso a una consulta psicológica subvencionada por la empresa.
- Como complemento a lo anterior, se ha decidido implantar cartelería vinculada a aspectos de riesgo psicosocial así como enviar mensajes periódicos de concienciación a cada trabajador en este sentido con el objetivo de visibilizar estos problemas.
¿Qué resultados se han obtenido?
Han transcurrido 12 meses desde la implantación de estas medidas y decido visitar de nuevo a la empresa para conocer de primera mano cómo ha evolucionado este asunto, aunque soy consciente de que son temas que requieren mucho más tiempo para observar cambios sustanciales.
En primer lugar, gracias a realizar una evaluación de riesgos psicosociales mucho más profunda y exhaustiva que la que había, se han podido detectar aspectos sobre los que hay que actuar de forma más urgente y se ha establecido un plan que nace con el compromiso de adoptar las medidas que sean necesarias por parte de la Dirección de la Empresa. Entre ellas atajar y solucionar ciertos casos de mobbing detectados y reorganizar las tareas para reducir la carga de trabajo que sufrían determinados puestos así como apostar firmemente por el bienestar emocional.
El Departamento de Recursos Humanos ha realizado un nuevo estudio de clima laboral que ha arrojado resultados sensiblemente mejores del realizado hace 2 años.
Desde la implantación de estas medidas y del nuevo protocolo de acoso laboral no se han registrado más casos de acoso laboral, aunque el protocolo se haya activado en una ocasión.
La tasa de absentismo se ha visto reducida en un 12% en relación al semestre anterior y en un 14,2% en el mismo período del año anterior.
El trabajador con el que iniciamos la acción está saliendo de la depresión gracias a la ayuda psicológica que decidió recibir y ahora empieza a ser la persona que todo el mundo conocía. Ahora utiliza su propia experiencia por la que pasó para ayudar a otros compañeros que pueden estar pasando por una situación similar, intentando visibilizar y desestigmatizar los problemas de salud mental.
Y recuerda... “cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia”