GESTION EMOCIONAL

Diez puntos para saber si tienes suficiente inteligencia emocional

Fuente: www.prevencionintegral.com

Durante siglos, la inteligencia se medía según la memoria de las personas o su capacidad para resolver problemas empleando la lógica, la deducción o conocimientos previos.

Sin embargo, en 1920, Edward L. Thorndike se dio cuenta de que había gente muy inteligente que no encajaba en esos patrones y que, a pesar de ello, tenía éxito en la vida.

¿Su secreto? Un especial talento para relacionarse socialmente. Por esa razón, Thorndike llamó a esa capacidad inteligencia social, que es la antecesora de la actual inteligencia emocional.

Las investigaciones de Thorndike ampliaron el concepto de inteligencia a campos en los que antes no se pensaba que operaba, como la empatía, la lingüística o las relaciones laborales. El problema fue que eran tantos los aspectos que comenzaron a tenerse en cuenta para definir ese concepto que, a día de hoy, los teóricos no terminan de ponerse de acuerdo sobre cómo definir esa inteligencia emocional.

Una definición de esa capacidad más o menos aceptada es aquella que la entiende como un talento individual de carácter intangible, que modula el carácter de la persona y determina su manera de gestionar sus relaciones sociales para obtener resultados positivos.

Como a pesar de esa explicación el término continúa difuso, Inc.com decidió abordar el tema de otra manera: intentar entender esa capacidad enumerando aquellos rasgos de la personalidad que comparten todas las personas que disfrutan de una gran inteligencia emocional. Algunas de esas características son las siguientes. ¿Cuántas de ellas compartes tú?

1.- Si no puedes nombrar las emociones, difícilmente podrás hablar de ellas
Las personas con una inteligencia emocional desarrollada poseen también un amplio vocabulario relacionado con las emociones. Un léxico abundante para definir tanto los sentimientos propios como para entender los ajenos. No es lo mismo calificar a una persona con un término tan genérico y ambiguo como «mala», que poder matizar y describirla como «taimada», «irritable», «maleducada», «irrespetuosa» o «desconsiderada».

2.- Si eres curioso, eres emocionalmente inteligente
Tener curiosidad, especialmente por las personas del entorno y preocuparse por lo que les sucede, es un signo de inteligencia emocional. Este rasgo no tiene nada que ver con ser una persona extrovertida o introvertida. Por tanto, no te apures, te puedes preocupar por los demás, ser emocionalmente inteligente y no tener por qué estar en su grupo de WhatsApp.

3.- Sé flexible
Tener facilidad para adaptarse a los cambios y aceptar sin conflictos los imprevistos es otro signo de inteligencia emocional. Esto no quiere decir que tengas que estar todo el rato cambiando tus planes y los de tus amigos. Sencillamente supone que si las cosas no salen como esperabas en un primer momento, no se convierta en un drama. Si cuando surge cualquier inconveniente piensas que el mundo está conjurado contra ti, definitivamente tienes la inteligencia emocional bajo mínimos.

4.- Ser ecuánime con uno mismo
Otro rasgo de la inteligencia emocional es tener un ego en su justa medida. Es preciso ser consciente de en qué cosas uno es bueno o muy bueno y en qué cosas uno es un desastre. Este aspecto de la personalidad, más allá de evitarte caer en la egolatría y no ser un incordio en las reuniones sociales, te facilitará obtener éxito en tus proyectos porque te ayudará a saber qué aventuras debes emprender y cuáles no según tus capacidades.

5- No seas un blanco fácil
Si tienes claro quién eres y te juzgas de una forma ponderada, será complicado que te afecten las críticas y los insultos. Es más, posiblemente no te tomes demasiado en serio esas críticas y hasta puedas contratacarlas utilizando el humor, descolocando así a tus enemigos y neutralizando sus embates. Las personas con inteligencia emocional así lo hacen y les va genial.

6.- Aprende a decir no
Las personas con inteligencia emocional no temen decir no. Puedes decir no porque no te guste algo, porque no te encuentres cómodo en una determinada situación, porque no te veas capacitado para hacer una determinada labor… Aunque en ocasiones pueda resultar complicado e incluso incómodo, decir no es una consecuencia de conocer las capacidades de cada uno. Además, evita muchos otros problemas a medio y largo plazo. E incluso a corto.

7.- Convive con tus errores sin torturarte
Nadie es perfecto. Eso supone que todo el mundo, en algún momento de su vida, ha cometido un error o ha metido la pata. Los sujetos con inteligencia emocional aprenden de sus errores y conviven con ellos sin quedar lastrados de por vida. Recientemente, José Mayor Oreja, uno de los jefes de la constructora FCC, reconoció que durante su etapa en esa empresa la compañía perdió 500 millones de euros por un error suyo. Lo pasó mal, claro que sí, pero ahí está el hombre, tan campante.

8.- La perfección no es un objetivo
No solo hay que saber convivir con los errores, sino que hay que tener claro que son inevitables. Las personas no son perfectas porque, sencillamente, la perfección no existe. Ni en los individuos ni en sus obras. Los individuos emocionalmente inteligentes no se ponen como objetivo la perfección porque eso les supondría vivir en una constante frustración.

9.- Aprende a desconectar
Es importante desconectar de las cuestiones laborales, de los correos electrónicos, de las redes sociales, del móvil y, en ocasiones, también del entorno cercano. Saber estar solo con uno mismo sin desesperarse es un rasgo evidente de inteligencia emocional.

10.- Reduce tu consumo de cafeína y procura dormir
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso central que activa también la producción de adrenalina. La adrenalina está muy bien cuando tienes que enfrentarte a un peligro, sea este un león en mitad de la sabana o un accidente de avión, porque activa las respuestas cognitivas más primarias.

Sin embargo, tal vez no sea tan buena idea cuando tienes que resolver asuntos de trabajo, hablar con tu jefe, tus empleados o escribir un mail delicado. En esos casos se aconseja tranquilidad y mesura. Además, la cafeína impide conciliar bien el sueño, un hecho que también tiene repercusiones en el carácter. Las personas con inteligencia emocional cuidan su dieta y su descanso. ¿Y tú?