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"A mí no me va a pasar": ¿qué nos lleva a incumplir las normas COVID-19?

Fuente: www.theconversation.com

Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, son muchas las recomendaciones y normas formales que se han establecido para aumentar la autoprotección y dificultar los contagios.

Algunas de ellas son el lavado frecuente de manos, el uso obligatorio de mascarillas, la obligación de mantener la distancia interpersonal, la limitación de reuniones sociales o la imposición del confinamiento. La cuestión que se plantea es cómo conseguir que estos u otros comportamientos se adopten de forma rápida y eficaz por parte de la población.

Cuestiones éticas y sanciones

Si echamos un vistazo a los medios de comunicación durante los últimos meses, parece que seguir o no estas pautas depende de cuestiones éticas (egoísmo, irresponsabilidad, falta de empatía) y de la imposición de sanciones a quienes incumplen estas normas.

Desde el punto de vista psicológico, este enfoque responde al principio intuitivo que sostiene que el temor a un castigo o a las consecuencias negativas de nuestros actos es un potente motivador para controlar el comportamiento.

Un ejemplo de la aplicación de estos aspectos lo vemos en uno de los vídeos de la campaña #EstoNoEsUnJuego, lanzada en España por el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, aunque es cierto que el miedo juega un papel muy importante en nuestra motivación, lo que muestra la ciencia es que, en casos como el que nos ocupa, la disuasión y el miedo tienen un alcance limitado y no siempre en la dirección esperada.