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Prevención de riesgos por acumulación de electricidad estática

Fuente: www.invassat.gva.es

EL Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball, (INVASSAT), ha editado el manual ‘El riesgo debido a la electricidad estática: medidas preventivas’, destinado a instruir al alumnado de programas de PRL y demás personas interesadas sobre cómo puede generarse ese tipo de energía en los lugares de trabajo, los riesgos que comporta su acumulación y los procedimientos para controlarla, reducirla o eliminarla. Asimismo, reúne la legislación que contiene referencias a esta cuestión y analiza los riesgos de incendio y explosión en dos casos especialmente peligrosos: los trasvases de líquidos inflamables contenidos en camiones cisterna y sus descargas en superficies libres de ellos.

El objetivo de la presente píldora formativa es que el alumnado entienda qué es la electricidad estática, como puede generarse, particularmente en los lugares de trabajo, los potenciales riesgos inherentes a la presencia y acumulación de electricidad estática y cómo pueden eliminarse, controlarse o minimizarse estos.

Hay constancia de que desde tiempos muy remotos se conoce la existencia de las cargas eléctricas y del fenómeno eléctrico, así Tales de Mileto (siglo VI a. C.) observó que, después de frotar una barra de ámbar con un paño, la barra atraía objetos ligeros. Con el paso de los años se ha ido demostrando que la generación y acumulación de cargas eléctricas es un fenómeno que está íntimamente ligado a la estructura atómica de la materia. Los átomos que componen la materia se componen a su vez de partículas subatómicas. Las principales partículas subatómicas son los neutrones y protones ubicados en el núcleo del átomo, con carga eléctrica neta positiva y los electrones que orbitan alrededor del núcleo, con carga neta negativa. Normalmente los átomos (cuando no se trata de iones) tienen una carga neta total neutra (ver figura 1). Esto quiere decir que la carga positiva es de igual magnitud que la carga negativa. También suele decirse que el número de protones iguala al número de electrones.

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Cuando un átomo pierde electrones de sus órbitas más alejadas del núcleo y los cede a otro átomo se produce un desequilibrio en el que el primero de ellos se dice que queda cargado positivamente (ya que tiene más protones que electrones) y el segundo queda cargado negativamente (ya que ahora tiene más electrones que protones).

La legislación de referencia que recoge el manual incluye las siguientes normas:
 

  • Real Decreto 614/2001, de 8 de junio, sobre disposiciones mínimas para la protección de la salud y seguridad de las personas trabajadoras frente al riesgo eléctrico. Anexo VI-B.
  • Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mi?nimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. Anexo III
  • Real Decreto 681/2003, de 12 de junio, sobre la protección de la salud y la seguridad de las personas trabajadoras expuestas a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo. Anexo II-A.
  • Reglamento (UE) 2016/425 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de marzo de 2016, relativo a los equipos de protección individual y por el que se deroga la Directiva 89/686/CEE del Consejo. Anexo II.
  • Real Decreto 97/2014, de 14 de febrero, por el que se regulan las operaciones de transporte de mercancías peligrosas por carretera en territorio español. Artículo 44.

Control del riesgo

Para llevar a cabo las labores de control de los riesgos de incendio o explosión por acumulación de electricidad estática en los lugares de trabajo, el manual recuerda que la planificación y adopción de medidas de prevención y protección debe resultar de una previa evaluación exhaustiva de los riesgos. Las decisiones que se adopten, además de respetar la normativa anteriormente citada, seguirán los principios a los que se refiere el artículo 15 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Asimismo, tendrán que estar alineadas con el contenido del documento ‘Riesgos debidos a la electricidad estática’ y con el de las guías de buenas prácticas NTP 225 y NTP 567.