Cuestiones de género y prevención_ODS 8

General
Autor
Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA)

En Fraternidad-Muprespa somos conscientes de que todavía queda un largo camino para conseguir el pleno "trabajo decente", como describe el Objetivo De Desarrollo Sostenible número 8. Esa necesidad de mejora de las condiciones laborales exige un esfuerzo continuo y sostenido, tal como leemos en el informe emitido por la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) en 2003, en el que ya se alertaba de la infravaloración en la evaluación de los riesgos que afectan a las mujeres.

La adopción de un enfoque neutral en las estrategias, políticas y legislación en prevención, nos ha llevado a reducir la atención en los riesgos para los sectores más feminizados y para todos los puestos de trabajo realizados por mujeres. Según los datos facilitados por el mismo informe y por la encuesta de condiciones de trabajo entre otras publicaciones, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado o a tiempo parcial, cuyos riesgos no están contemplados en la legislación ni en las evaluaciones de riesgos. A modo de ejemplo, en la mayoría de los casos el cuidado de mayores, familiares enfermos y niños es llevado a cabo por las mujeres, añadiendo este estrés al del trabajo.

No es necesario legislar de nuevo; si incluimos una perspectiva de género en las directivas actuales, los déficits de conocimiento se irán reduciendo. Esto no quita que sea necesario implantar métodos que nos ayuden a realizar evaluaciones de riesgos adecuadas, en las que se incluya esa perspectiva de género y que además tengan en cuenta las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, por ejemplo, en la exposición a contaminantes químicos y físicos o en la búsqueda de equipos de protección individual que se adapten a cada persona. 

Pero...¿Qué podemos hacer para remediarlo?

En el informe se proponen algunas medidas como:

  • Revisar las políticas de seguridad, incluyendo en los objetivos y procedimientos el compromiso de incluir la perspectiva de género.
  • Garantizar el acceso a la información y formación a hombres y mujeres, en materia de prevención para las tareas que realizan  y sus efectos en la salud. Incluir a los empleados a tiempo parcial, ett, temporales e incluir todos los puestos de trabajo, como servicios de limpieza.
  • Las mujeres no están suficientemente representadas en la toma de decisiones en cuanto a asuntos de PRL, hay que involucrarlas directamente. Tener en cuenta sus opiniones, experiencias, conocimientos y capacidades, estudiando modos de que participen en los comités de seguridad y salud.
  • No estandarizar los puestos de trabajo puesto que sabemos que, dos personas diferentes en el mismo puesto de trabajo lo realizarán de forma diferente. Adaptar verdaderamente el puesto de trabajo al trabajador, teniendo en cuenta las diferencias antropométricas de género. Diseñar los epis para hombres y mujeres (antropométricamente las mujeres no son hombres pequeños).
  • Garantizar el acceso a la vigilancia de la salud. Hacer que los servicios de salud laboral internos y externos adopten un enfoque de género en sus protocolos, además deberán incluir los riesgos para la reproducción.
  • Aplicar un enfoque de género a la investigación e intervenciones, además de la evaluación de riesgos. Separar datos de siniestralidad y enfermedad profesional por sexos para así descubrir problemas específicos e implantar sus correspondientes soluciones.

En el American Journal of Industrial Medicine leemos:

...Perspectiva de género no es comparar datos de siniestralidad y enfermedades profesionales de hombres y mujeres. Es una revisión real de los lugares de trabajo, que nos exige imponer cambios en nuestro proceder habitual para mejorar la calidad en la información relativa a los trabajadores y trabajadoras.

En Fraternidad-Muprespa somos conscientes de la necesidad de la inclusión de género para conseguir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8: trabajo decente para todos. Tenemos todavía mucho que hacer para lograr una inclusión real de los riesgos que nos afectan. Nosotros ya nos hemos puesto en marcha con el proyecto de Integración del género en la prevención de riesgos laborales INGEPRE, que tiene como objeto fundamental sentar las bases para una efectiva integración de la perspectiva de género en el ámbito preventivo a medida para la empresa asturiana.

¿Cómo hacerlo? Llevando a cabo medidas preventivas que sumen en los niveles de seguridad y salud de las trabajadoras; entre ellas, destacamos las focalizadas en la organización del trabajo, por ser medidas transversales y aplicables sea cual sea el sector en el que se trabaje, entre otras:

  • Una jornada adecuada, en cuanto a su duración, y con unas pausas ergonómicamente estudiadas.
  • Fomentar la participación y la comunicación paritaria.
  • Proporcionar toda la información individualizada necesaria, adecuada y a tiempo para facilitar los cambios y adaptaciones de puestos de trabajo.
  • Fomentar la claridad y la transparencia organizativa definiendo los puestos de trabajo y tareas asignadas desde la perspectiva de quien los ocupa o desempeña.
  • Explicar la importancia de las funciones que realiza la trabajadora en su día a día, su repercusión, el valor que aporta a la compañía, y las características añadidas que ella les confiere.
  • Controlar la carga y el ritmo de trabajo de manera que se acople, en la medida de lo posible, al desarrollo personal y profesional de la trabajadora en sus distintas etapas de la vida.
  • Permitir un crecimiento profesional permitiendo la adquisición de habilidades suficientes, siendo conscientes de que el trabajo provee oportunidades para aplicar sus habilidades y conocimientos y también para desarrolla y aprender nuevas habilidades.
  • Asegurarse de que las tareas sean compatibles con las capacidades y los recursos personales y proporcionar la formación necesaria para realizarlas de forma competente por parte de las trabajadoras.
  • Asegurar el cumplimiento de las obligaciones del empresario en caso de maternidad, durante los periodos de lactancia, o en los periodos de Cuidado de Menores con Enfermedades Graves, sin que ello suponga una discriminación laboral sumergida.

No necesitamos reinventar la rueda, simplemente usar las herramientas que ya poseemos teniendo en cuenta la diversidad de los grupos de trabajo, dejemos de estandarizar los trabajos y los riesgos...¿Empezamos?.

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