Butlletí d'abril
Aquest mes, amb motiu de la celebració del 28 d'abril, Dia Mundial de la Seguretat i la Salut en el Treball, hem publicat un article de Carlos Aranda, director gerent de la Mútua, sobre els reptes preventius als quals s'enfronta la digitalització, com la fatiga digital i el tecnoestrès. (llegir). En la 10a Setmana de la Prevenció, (veure vídeo).
A més, l'Institut Regional de Seguretat i Salut Laboral de Madrid ha publicat un document que aclareix els criteris interpretatius sobre la pòlissa de responsabilitat exigida als Serveis Externs de Prevenció. (llegir).
Us recordem que podeu descarregar-vos el certificat de l'IRPF 2024 des de l'Oficina Digital, disponible fins al 30 de juny (llegir).
En ell Àmbit jurídic Des del Blog de l'assessor, hi trobareu dues frases d'interès. En la primera, el TSJ de Castella i Lleó dictamina contra una empresa que va acomiadar una treballadora per penjar vídeos a les xarxes socials mentre estava de baixa mèdica. (llegir) i en el segon, el TSJ d'Andalusia confirma condemna per no adaptar la plaça a un vigilant de seguretat discapacitat apte amb limitacions (llegir).
Tot aquest contingut i molt més està inclòs a la secció T'expliquem / T'escoltem dins del Blog de l'assessor.
El Tribunal concluye que la actividad de la trabajadora en Instagram y TikTok como influencer no vulneró la buena fe contractual ni afectó su recuperación.
Dña. Flora prestaba servicios desde febrero de 2017 con contrato indefinido y categoría de dependienta de 1ª en una empresa de venta de telefonía móvil. El convenio de aplicación es el del Metal de Palencia. Fue madre en diciembre de 2021 y se acogió a una reducción de jornada con concreción horaria, lo que originó autos nº 139/2022. Estuvo de baja por incapacidad temporal desde el 18 de noviembre de 2023 hasta el 19 de febrero de 2024 con diagnóstico de ansiedad.
La trabajadora, antes de encontrarse de IT, desde septiembre de 2023 tuvo actividad en redes sociales como "Beauty Influencer," publicitando productos de belleza y contando su experiencia personal.
El Tribunal ratifica la extinción indemnizada del contrato y eleva a 20.000 euros la indemnización por vulneración de derechos fundamentales, al calificar la conducta empresarial de grave y persistente.
La trabajadora comenzó a prestar servicios como vigilante de seguridad para la empresa demandada el 19 de enero de 2018. El 1 de abril de ese mismo año, su contrato fue transformado en indefinido a jornada completa, bajo la modalidad 130, prevista para la contratación bonificada de personas con discapacidad.
En febrero de 2019, el Servicio de Medicina del Trabajo de la empresa evaluó su salud y la declaró apta con limitaciones, recomendando el uso de medidas de protección homologadas y la adopción de hábitos de actividad física. Posteriormente, en mayo de 2020, se emitió un nuevo informe que la declara nuevamente apta con limitación, especificando que no podía permanecer de pie por periodos prolongados y debía alternar 10 minutos sentada por cada hora de trabajo de pie.
