Entrevista a Íñigo de la Peña, presidente del Colegio de Graduados Sociales de Guipúzcoa

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Íñigo de la Peña es presidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Guipúzcoa desde 2020. Diplomado en relaciones laborales y licenciado en derecho por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Íñigo es máster en dirección de las organizaciones en la economía del conocimiento en la Universitat Oberta de Catalunya. Actualmente ejerce como abogado y graduado social en Igarki Asesoría Laboral.

¿Qué aspectos destacaría en la relación que mantienen los colegios de graduados sociales con la administración?¿Cree que el colectivo se ha sentido apoyado por las Mutuas Colaboradoras  con la Seguridad Social y en concreto por Fraternidad-Muprespa?

Somos un colectivo que se adaptada perfectamente a cualquier situación o cambio. Esto se ha podido ver en la pandemia con toda la tramitación que se ha tenido que realizar de los ERTES.

El colectivo ha sido sometido a una gran presión, y ha sabido adaptarse a la situación y coyuntura que requería que se tramitasen tantos ERTES en un tiempo récord. Creo que ese ha sido el principal valor y capacidad destacable tanto de la Administración como nuestro.

No hay que dejar de lado tampoco toda la transformación digital que ha tenido la Seguridad Social en los últimos años, tanto en la gestión de prestaciones como de tesorería. En ese aspecto también creo que es destacable la nueva transformación por parte del colectivo, pues pasamos de un sistema que era prácticamente analógico, con los boletines de cotización hechos a máquina a cualquier entidad financiera para que se produjera el cargo y la cotización de la empresa, a un sistema que tenemos ahora completamente digital en el que hay que manejar una serie de conceptos informáticos para poder llevar a cabo esas cotizaciones.

La relación que tenemos con las mutuas es una relación estrecha construida desde hace muchos años.

Trabajamos juntos en la gestión de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, así como en la fiscalización o revisión de cómo se están pagando las prestaciones derivadas de incapacidad temporal, y esta relación se ha visto reforzada con la tramitación y gestión de los ceses de actividad, y nos hemos tenido que adaptar a la gestión y tramitación de los ERTES de los diferentes departamentos de trabajo de cada Comunidad Autónoma, y con las diferentes mutuas que operan en el mercado español.

En el caso de Fraternidad-Muprespa, es una de las mutuas que más colabora con el colectivo en la tramitación de los ceses de actividad, facilitando en gran medida las solicitudes y las sucesivas prórrogas.

¿Qué reivindicaciones realiza el colectivo al que usted representa, tanto ante la administración como ante la sociedad en general?

Desde el inicio de los graduados sociales, dependemos del Ministerio de Trabajo y se nos ha tratado siempre como colaboradores de la Seguridad Social y de todo el ámbito de la Administración que tiene que ver con las relaciones laborales. Por eso, queremos poner en valor esa relación, que se nos trate como colaboradores y que añadimos valor añadido tanto a la Seguridad Social como a todas aquellas administraciones que regulan las relaciones laborales, no como una profesión más que tiene trato con la Seguridad Social. En cuanto a la sociedad, queremos que se nos reconozca como profesionales especialistas en el derecho del trabajo y de la Seguridad Social.

Cada vez más la profesión de graduado social se ha puesto en valor, ha salido a la palestra y ha tenido identificación clara como profesionales y especialistas del derecho del trabajo y de la Seguridad Social.

Queremos que crezca esa prevalencia y publicidad que hemos tenido como colectivo y que seamos perfectamente identificables y definidos por parte de la sociedad en general.

¿Cómo perciben los actuales graduados sociales el futuro de la profesión? ¿Los estudiantes que se interesan por esta profesión son más o menos que en épocas recientes?

El colectivo ve un futuro bonito y con un recorrido amplio en la profesión. No hay que olvidar que no se centra solo en una de las ramas que toca, es decir, el graduado social puede acudir a los tribunales del orden social, puede acudir a la rama de gestión; como se fue poniendo en manifiesto en la pandemia. Lo que genera son perspectivas de capacidad de trabajo e inserción en el mundo laboral muy amplias. El hecho de que sea un abanico amplio invita a pensar que tiene futuro prometedor de la profesión para los alumnos  con amplias oportunidades profesionales.

Apreciamos desde el colectivo que, a medida que pasan los años los estudios de relaciones laborales y recursos humanos se van asentando en la sociedad y el número de personas que cursan estos estudios es mayor.

Durante esta crisis sanitaria y económica ¿Cuál ha sido el mayor reto al que os habéis enfrentado en vuestro despacho? ¿Habéis sentido comprometida la viabilidad del sector?

El principal reto de la pandemia fue el cambio que supuso en la vida de la sociedad, presentándose así con un real decreto en la que se nos hacia responsables de la gestión de muchos ERTES y prestaciones de desempleos de los trabajadores de nuestros clientes que prestaban sus servicios para esas empresas que se veían afectabas por las medidas de restricción. El ser capaz de adaptarnos a un volumen de trabajo que multiplicaba la carga habitual del despacho. Además, todo esto teníamos que hacerlo cada uno en su domicilio de manera telemática, y debíamos sacar toda esa gestión de una manera ordenada y profesional, sin dejar de lado las dudas de las lecturas de los Reales Decretos que se iban aprobando. 

La viabilidad del servicio en un principio sí estuvo comprometida, había compañeros que se daban de baja por incapacidad temporal y muchos trabajadores de compañeros han pedido la baja voluntaria. Esa carga tan descomunal de trabajo ha afectado bastante en la capacidad de atender a todas estas cuestiones de una manera profesional.

Habéis sido una parte fundamental en el inicio de la pandemia por la gran cantidad de prestaciones que habéis tenido que gestionar. ¿Cómo afrontasteis digitalmente este aumento del trabajo? ¿Consideras viable la implantación del teletrabajo? ¿Quizá a través de una fórmula híbrida?

Con mucho orden. Lo centralizamos en el colegio, con un apoyo descomunal desde el colegio a los compañeros. Estudiamos cómo se tenían que presentar esas prestaciones, sus requisitos y la documentación que había que adjuntar con directrices, para facilitarles su labor.

En muchos casos, hemos tenido que invertir en nuevos equipos, tanto en los despachos como para poder realizar la gestión desde los domicilios, como para la digitalización de todos los documentos.

Esa infraestructura nos ha servido para meses posteriores, abriéndose una posible vía poder teletrabajar en situaciones concretas que antes no estaban tan implementadas en la profesión.

Creo que ya se ha implementado mucho el teletrabajo. En el ejercicio de nuestra profesión, el contacto directo con el cliente es fundamental, aunque ya se estaba trabajando el contacto a distancia.

El modelo que seguimos es híbrido, ya que no se puede dejar todo a la distancia, pero la gran mayoría de tareas se pueden realizar sin tener una relación directa con el cliente diariamente.

Se sigue trabajando telemáticamente, a través del correo electrónico y teléfono. Las relaciones personales y las situaciones complicadas que requieren cierta sensibilidad y cercanía se dejan para la presencialidad, pero, por otro lado, cuestiones que no son tan sensibles, sí se pueden hacer telemáticamente.

¿Cuáles fueron y son los principales efectos económicos de la pandemia sobre vuestros clientes? ¿Cómo crees que será la recuperación del tejido empresarial de tu provincia? 

El impacto ha sido claro. Es cierto que en el territorio de Guipúzcoa y en el tejido empresarial tiene un importante peso específico la industria, y en este sentido, la industria es uno de los menos perjudicado en la pandemia, ya que las medidas no han impedido poder funcionar. Sí que es cierto que el impacto vino a los meses del Estado de Alarma, por situaciones como que el suministro no era correcto. Además, hay unos efectos importantes causados por la problemática de los containers y el incremento del coste de electricidad. Por otro lado, en Guipúzcoa tenemos un sector del turismo con gran peso también en la hostelería, sectores se han visto muy afectado por la pandemia. Hemos tenido contacto directo y cercano con empresas empujadas al cierre en el sector turístico y que han desaparecido. Es cierto que en gran medida los ERTES fueron una solución para evitar problemas mayores. Una de las cuestiones de ERTES venía aparejado con de unas exoneraciones en Seguridad Social muy importantes, con lo cual, al margen de los costes fijos de la empresa, hizo que una de las mayores partidas de la cuenta de pérdidas y ganancias en relación de los costes, evitaban seguir generándolos. Es cierto que ha habido empresas que justo antes de la pandemia estaban enfocadas a las nuevas tecnologías y el hecho de la pandemia y refuerzo del sector digital ha hecho que esas empresas sí que hayan crecido en la época de la pandemia.

Estamos apreciando que se están volviendo a actividades previas a pandemia. Ese ritmo de recuperación se ha estancado en las últimas semanas y hemos entrado en un periodo de cierta incertidumbre con el aumento de costes de electricidad y adquisición de materias primas.

A nivel sector turístico, cada vez se está recuperando más, se están incrementando las actividades, recibimos más turistas con niveles previos a la pandemia. Me preocupa más el sector industrial, porque es un sector en el que se da un valor añadido al empleo que crea y es altamente recomendable que recuperase cifras previas a la pandemia, y eso debería tener el enfoque de nuestro territorio.

¿Las ayudas que se han otorgado tanto a nivel nacional como local a los diferentes sectores han llegado a tiempo?¿Y las ayudas provenientes de la Unión Europea?

A mi juicio, creo que las ayudas no han llegado todo lo pronto que deberían haber llegado. Sobre todo han estado lastradas por toda la gestión que ha tenido que hacer de las mismas. Ha pasado algo parecido con la tramitación de los ERTE, se ha generado un embudo que lastró la resolución de las mismas y que las ayudas llegaran al destinatario final. Creo que nunca van a ser suficientes para este tipo de situación pero es cierto que la capacidad para otorgar ayudas es limitada, y el objetivo de los gobiernos era salvaguardar el tejido empresarial, pero tampoco podían prestar ayudas que escaparan de los presupuestos. Las ayudas han sido moderadamente proporcionales a la situación y coherentes, pero no suficientes.

La Ley de Creación y Crecimiento Empresarial contempla la simplificación de los trámites para constituir una empresa ¿Cómo afectará al tejido productivo empresarial?

Siempre que se quiten trámites y gestiones burocráticas, se va a fomentar que se lleven a cabo actividades empresariales. Hay que tener en cuenta que el hecho de crear una empresa conlleva trámites muy farragosos derivados de la necesidad de aportar seguridad jurídica a todos esos trámites, que ahora hay que hacer telemáticamente. La implantación de una actividad económica puede demorarse por la obtención de certificados digitales que permiten realizar esas solicitudes.

Todo lo que sea ahorrar en trabas y plazos burocráticos será beneficioso y supondrá un aumento de creación de empresas.

La pandemia ha puesto en valor la prevención de riesgos laborales, ¿crees que las empresas lo perciben así también? ¿Qué es lo que más valoras del servicio recibido por Fraternidad-Muprespa?

El sector de la prevención de riesgos laborales se ha puesto en valor en implantación de medidas para evitar contagios. Creo que ya se venía haciendo un esfuerzo importante para que la prevención de riesgos laborales tuviera un peso específico en las políticas de las empresas, y que, a raíz de la pandemia, se ha puesto en valor.

Las empresas con prevención de riesgos laborales desarrollada han visto que tener esa prevención les ha beneficiado en la pandemia y no ha trastocado mucho los planes.

Sin embargo, aquellas que no lo tenían, les ha supuesto un esfuerzo mayor para la reorganización y ya han puesto el foco en ello.  Creo que de cara al futuro hay que insistir más en la prevención y debe ser un tema primordial en relaciones laborales en las empresas en general.

Todo el trabajo que han realizado las mutuas ha sido impresionante. La gestión de las cantidades ingentes de prestaciones para autónomos y ceses de actividad se han resuelto con agilidad, así como toda la gestión de revisión de incapacidades causadas por los contagios y las enfermedades profesionales. Eso ha generado un volumen alto de bajas y, así como nosotros hemos tenido que gestionar las bajas en cuanto a nominas o partes a seguridad social, en las mutuas ha tenido que haber una gestión y control de todas esas bajas. A nivel de prestaciones y cese de actividad, la gestión de las mismas ha sido digna de destacar, no solo eso, sino también la interpretación y adaptación, porque ha ido evolucionando a lo largo de la pandemia. Quiero mostrar el agradecimiento a todas las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social por esa prestación de servicio al colectivo.

Quiero destacar la cercanía de Fraternidad-Muprespa y su disposición constante a colaborar y ayudar al despacho, pudiendo llamarles en cualquier momento para aclarar las cuestiones.

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