La diversidad en la empresa centra la ponencia de Natalia Fdez. Laviada en la Universidad SEK de Ecuador

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Fraternidad-Muprespa

Fraternidad-Muprespa se sumó a la celebración de las cuartas Jornadas de Seguridad y Salud Ocupacional, con el título “Construyendo una cultura de prevención”, celebradas en la Facultad de Ciencias del Trabajo y del Comportamiento Humano de la Universidad Internacional SEK Ecuador. Natalia Fdez. Laviada, subdirectora general de Prevención, Calidad y Comunicación de Fraternidad-Muprespa participó en nombre de la Mutua Colaboradora con la Seguridad Social centrando su ponencia en la importante relación entre diversidad, género y salud en las empresas del siglo XXI.

Tras agradecer la invitación de la rectora de UISEK, Nadia Rodríguez, a través del decano, Pablo Suasnavas, sus primeras palabras fueron para describir la diversidad como el “desarrollo activo y consciente de un proceso de aceptación y utilización de las diferencias y similitudes como potencial en una organización”. “La diversidad”, añadió, “es heterogeneidad, dinamismo, complejidad y globalización, pero también un reto empresarial para evitar conflictos: la herramienta que puede generar y convertir un aparente problema, en valor añadido y ventaja competitiva”.

La diversidad puede dividirse en varias facetas según el ámbito al que pertenezca:

- Diversidad cultural o heterogeneidad de los componentes de un grupo de trabajo, derivado de la internacionalización y la globalización en las empresas, lo que conlleva diversidad de capital humano en aspectos como los valores, la experiencia, las habilidades o el conocimiento.

- Diversidad por edad, derivada del retraso en las edades de jubilación y la necesaria gestión del envejecimiento activo en las compañías.

- Diversidad generacional, por las diferentes generaciones de personas convivientes en una misma empresa con motivaciones y características muy distintas.

- Diversidad tecnológica, relacionada con la convivencia profesional de personas trabajadoras procedentes de ámbitos analógicos o digitales.

- Diversidad funcional, que reúne a personas con capacidades diferentes y variables en el tiempo y en la vida, y  

- Diversidad sexual, ya que la condición sexual del individuo deriva en ocasiones en comportamientos de discriminación laboral.

Existe otra categoría que erróneamente se incluye, la diversidad de género, “pero dado que engloba a más del 50% de la población poco podemos hablar de un grupo marginal”, explicó Fdez. Laviada para quien es evidente la presencia de sesgos inconscientes que perjudican a la diversidad, porque “nos abocan a creer que algunas personas o ideas son mejores o peores que otras. Esa es la raíz de la discriminación y de la no inclusión. Hay que tomar consciencia de estos sesgos, detectarlos y frenarlos”.

Según Fdez. Laviada todos nos deberíamos preocupar por la diversidad porque discriminar es un error siempre y porque gracias a la diversidad se genera competencia, mejor reputación empresarial y atracción/retención del talento, además de mejorar el clima laboral, dado que incrementa la motivación, la innovación y la creatividad.

Para finalizar su participación, retomó la importancia de trabajar la equidad y conciliación de mujeres y hombres, con un nuevo modelo de cooperación y compromiso entre sexos, que permita un reparto equilibrado de responsabilidades en la vida profesional y personal.

“Es absolutamente beneficioso para la empresa” afirmó a modo de conclusión, “consolidar y gestionar la diversidad, ya que tener empresas saludables e incluyentes repercute directamente en menor cantidad de bajas laborales y tasas de absentismo y mayor bienestar en el trabajo, función de la empresa del siglo XXI”.

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