IX Semana de la Prevención: Fraternidad-Muprespa participa en los Seminarios de Liderazgo y Dirección

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Fraternidad-Muprespa

Fraternidad-Muprespa participó en los "Seminarios de Liderazgo y Dirección: la Experiencia de Mujeres Directivas" organizados por la Cátedra Desarrollo Directivo Femenino de la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón con la colaboración de Mujeres Directivas de Aragón.

Natalia Fdez. Laviada, subdirectora General de Prevención, Calidad y Comunicación de la Mutua participó con la ponencia "Kriptonitas del liderazgo saludable", sobre el papel del liderazgo en la promoción del bienestar y la salud laboral.

Se trata de una jornada  enmarcada en la IX Semana de la Prevención de Fraternidad-Muprespa que la Mutua celebra con motivo de la conmemoración el 28 de abril del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo y que este año tiene como lema “Trabajo Seguro, tu primer objetivo”

Fdez. Laviada comenzó describiendo el liderazgo como una de las llamadas ‘soft skill’ fundamental para cualquier organización. “Ser un líder efectivo no es solo una habilidad que se puede aprender, sino también una responsabilidad que se debe asumir para guiar a los miembros de la organización hacia el logro de metas comunes”, aseguró para explicar a continuación que el liderazgo implica “mucho más que dar órdenes y esperar que se sigan, ya que se es líder con y sin cargo”.

Según explicó, un líder efectivo debe ser capaz de inspirar y motivar a su equipo en pro del trabajo duro y hacia una visión compartida. También debe ser capaz de comunicarse claramente y escuchar a su equipo para comprender sus necesidades y desafíos, además de tomar decisiones importantes en situaciones difíciles.

“Si además le sumamos que vivimos en un mundo cada vez más complejo y competitivo, el liderazgo se ha vuelto más necesario para enfrentar y superar los desafíos que surgen en el entorno empresarial cambiante de hoy”, concluyó.

A continuación definió las claves de un liderazgo eficaz y saludable, sus puntos débiles (‘kriptonitas’) que alejan de ese propósito, y los antídotos para combatirlos.

Los líderes narcisistas actúan sin empatía y son egoístas, influenciados por el fenómeno del “’yoísmo’. Su antídoto es la generosidad.

El líder estresado tiene como antídoto la felicidad, entendida como el necesario equilibrio en la vida.

El líder triste tiene su origen en que vivimos en una sociedad con poca tolerancia a la frustración. El antídoto para superarlo es la adaptación.

El líder mentiroso es el que actúa sin coherencia. El antídoto es el líder creíble y comunicador que hace de la sinceridad su bandera.

Por último, el líder solitario, que prefiere actuar por su cuenta, y no practica la empatía. El antídoto es la socialización y aprender a ser un líder grupal.

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