
Teresa Silleras, presidenta del Colegio de Graduados Sociales de Madrid: “Tu futuro, nuestro compromiso”
Titulada por la universidad Carlos III de Madrid en 2006, ese mismo año inició su actividad profesional como ejerciente libre colegiada en el Excmo. Colegio Oficial de Graduados Sociales de Madrid, capitaneando el proyecto profesional y empresarial que mantiene hasta la fecha como titular del despacho profesional Silleras Asesores. Especializado en el asesoramiento de empresas del sector audiovisual en todos sus aspectos, el despacho cuenta con una plantilla de 50 personas trabajadoras, siendo el departamento con más peso el jurídico laboral, con 17 compañeros y compañeras graduados y graduados sociales colegiados como ejercientes de empresa.
En su momento y recién titulada, y al mismo tiempo que inició su actividad profesional, fue alumna de la XXXII Escuela de Práctica Procesal del Colegio de Graduados Sociales de Madrid, consiguiendo ser el mejor expediente de la Escuela.
Durante toda su carrera profesional no ha dejado de formarse con formación continua tanto con el Colegio de Madrid como en otros de otras provincias y en distintas entidades privadas.
Actualmente, además del desarrollo de su carrera profesional y de su actividad colegial, imparte clases en distintas universidades públicas en su área práctica de derecho del trabajo y Seguridad Social, y en escuelas de cine de distintas comunidades autónomas, enseñando el valor del ámbito laboral dentro de las producciones audiovisuales.
El pasado viernes 4 de julio vivimos un momento muy especial: el acto conmemorativo del Centenario de las Escuelas Sociales, una celebración organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados Sociales de España y la Fundación Justicia Social, y dirigida por el Colegio de Madrid.
En él se rindió homenaje a Eva Torrecilla, presidenta del Colegio de Madrid desde octubre de 2021 hasta la actualidad, momento en que Teresa toma el relevo tras la celebración de las elecciones el pasado 8 de julio. El trabajo de Eva para el colectivo ha sido de gran relevancia, y continuará impulsando iniciativas desde su papel de directora de la Fundación Justicia Social, donde seguirá trabajando con dedicación en favor de la profesión.
Tras dicho acto conmemorativo cargado de valor emocional y profesional, las palabras de Teresa dedicadas a Eva reconociendo su dedicación y esfuerzo fueron un toque inolvidable en la jornada.
Teresa, para comenzar, ¿quieres dedicarle de nuevo alguna de esas palabras a Eva?
La profesión de graduado y graduada social y concretamente el colectivo de Madrid, solo puede dirigir a Eva una palabra que lo engloba todo: GRACIAS. Eternas gracias por su dedicación e incansable trabajo. Su ejemplo de perseverancia y vocación de servicio son una guía para todas las generaciones de la profesión y no sólo como referente institucional, sino como esencia pura de la profesión dentro de su actividad diaria.
Ha sido un honor compartir mesa de Junta de Gobierno con ella y empaparme de su amor por la profesión.
Estamos muy interesados en conocer más sobre tu trayectoria profesional, ¿qué te llevó a escoger esta especialidad del derecho como tu carrera profesional?
En mi caso y creo que en el de la mayoría del colectivo, ser graduada social no fue una opción sino la única elección.
Decidí estudiar Relaciones Laborales plenamente convencida y con un deseo tanto en mi mente como en mi corazón, llegar a ser graduada social ejerciente libre, porque siempre tuve claro que quería ser titular de despacho.
Mi infancia y juventud estuvieron marcadas por la sombra de la incapacidad permanente dentro de mi núcleo familiar más cercano, concretamente por mi padre. Todo ese proceso fue trabajado, gestionado y defendido en los tribunales por una profesional a la que le estaré eternamente agradecida, una graduada social.
Desde ese momento me enamoré del derecho del trabajo y la Seguridad Social, entendiendo que no había una profesión jurídica más valiosa y precisa en ese terreno como la de graduado social.
El 2006, recién titulada, inicié mi andadura profesional como titular de despacho, Silleras Asesores Jurídicos, dentro del área procesal en su mayoría, y creando una pequeña cartera de clientes de asesoramiento de empresa. Durante 6 años también capitaneé la dirección jurídica de un sindicato independiente, lo que me hizo trabajar exhaustivamente bajo el paraguas del derecho sindical y la conflictividad tanto colectiva como individual, ante los juzgados de lo social e instancias superiores.
Sin embargo, mi carrera profesional fue evolucionando de una forma muy distinta, llevando a Silleras Asesores hasta el lugar en el que hoy se encuentra, un despacho jurídico laboral especializado en la producción audiovisual, ya que el 100% de nuestros clientes se encuentran situados dentro del sector audiovisual.
Aunque hemos desarrollado distintas líneas de negocio, la principal sigue siendo la laboral, en la que trabajamos diferentes vertientes dentro de la profesión de graduado social: la jurídica con el asesoramiento jurídico y asistencia técnica en estrados, la de gestión de personas en todo su espectro, y la de cuidado del talento y desarrollo profesional, que podríamos llamar “Recursos Humanos”, pero que personalmente no me gusta denominar así, porque las personas en ningún caso son un recurso, sino una inversión.
Y os digo vertientes dentro de nuestra profesión, porque mi equipo es el motor de mi proyecto profesional y por este motivo, aunque somos 51 profesionales, dentro del área laboral cuento con 17 graduados y graduadas sociales colegiados, dando garantía de profesionalidad y excelencia.
¿Qué ha supuesto para ti tu nombramiento como presidenta del Colegio?
Para mí ser nombrada presidenta de mi Colegio, además de un honor, significa una inmensa responsabilidad, por representar a un colectivo y una profesión que es vital para la sociedad, esencial para el mantenimiento del Estado de Bienestar y elemental para la sociedad de nuestro país.
Es un reto que asumo con valentía, mucho cariño y mucha ambición. Ambición en el buen sentido de la palabra, confiando en posicionar tanto a la institución como a la profesión en el lugar que le corresponde, no sólo a nivel profesional, sino social, con la visibilidad que debe tener.
¿Podrías comentar cuáles son las ventajas de colegiarse? ¿Consideras que la labor de los graduados sociales está suficientemente valorada por las instituciones públicas? y de no ser así ¿qué medidas podrían implementarse para mejorar esta percepción?
Creo que el concepto de colegiación es una ventaja en sí mismo. Más allá de las ventajas estrictamente técnicas como son el acceso a los derechos que tenemos como tramitadores a terceros o como profesionales jurídicos dentro de la jurisdicción social entre otras, la colegiación aglutina el derecho y el deber del Colegio Profesional de defender los derechos e intereses del colectivo, de velar por la posición de los profesionales y enriquecer la profesión.
Para ello debemos ser conscientes de que la pertenencia al Colegio nos hace más grandes, porque el valor de unificar miles de voces en una sola, nos hace mucho más fuertes.
Los servicios de formación constante, de especialización en las materias de las que somos valedores y el vínculo y hermandad generada por la institución, son el motor de nuestro trabajo y la gran ventaja de la unión.
Sobre las instituciones públicas, me consta que somos percibidos como un colectivo esencial, vínculo y puente entre empresas y personas trabajadoras y la Administración. Sin embargo, desde la aterradora pandemia, las Administraciones han depositado en los profesionales un número ingente de nuevas obligaciones administrativas que ahogan a los y las profesionales, congestionando los despachos con trabajo que realmente no nos corresponde y que no es valorado como debe ser.
Es obligación de todos y todas los que representamos al colectivo enfrentar el problema y hacernos valedores de nuestros representados y representadas. Creo que si trasladásemos a la Administración lo que supondrían 48 horas sin graduados y graduadas sociales en nuestro país y se hiciera una reflexión sobre la repercusión que esto supondría, la percepción y valor que nos dan crecería exponencialmente.
La Fundación Justicia Social y el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados Sociales de España colaboran en promover planes para la especialización dentro de la profesión. ¿Cuáles son los objetivos principales que te has propuesto para tu mandato en colaboración con el Consejo?
El programa electoral que movió nuestra campaña electoral, no solo la mía, sino la del grupo de profesionales que nos unimos en esta andadura, se ha basado en 5 grandes líneas de desarrollo.
- Modernización, en dos vertientes. En primer lugar, avanzar en aplicativos y digitalización del propio Colegio, creciendo en medios audiovisuales e implementando un plan de sostenibilidad interno, que posicione al Colegio de Madrid como un colegio innovador, puntero y concienciado con el medio ambiente. Pero también y como segundo objetivo dentro de este punto, crear un plan de ayuda al despacho profesional para guiarle en la digitalización y desarrollo tecnológico, para que los y las graduados sociales puedan poner el foco en su talento personal, que es el que verdaderamente es imprescindible y da valor al despacho.
- Plan formativo: creación de un plan de formación anual con distintos itinerarios formativos, en función del desarrollo o expectativa de cada compañero y compañera, con la finalidad de establecer un desarrollo formativo profesional desarrollado y ejecutado por y para profesionales, generando un sello de calidad propio.
- Plan estratégico de marketing: cuya finalidad es impulsar la difusión en redes sociales y medios de comunicación para posicionar socialmente a la profesión y también a sus colegiados y colegiadas, promocionando sus actividades, servicios y proyectos.
- Ampliación del número de colegiados y colegiadas: para mí el punto más vital dentro de nuestros compromisos y con tres focos primordiales de acción, las universidades, los profesionales prevencionistas y los y las profesionales relacionados con los Recursos Humanos. Debemos trabajar para mostrar las bondades de la profesional y la necesidad de formar parte del colegio para recibir servicio, crear sinergias y evolucionar profesionalmente.
- Instalaciones: debemos buscar el equilibrio entre la accesibilidad y la imagen de modernidad y desarrollo a la que nuestra profesión se dirige y las instalaciones del Colegio deben ser un reflejo del mismo, así que tenemos un arduo trabajo por delante.
¿Cuál es tu percepción sobre el papel de las mutuas colaboradoras? Desde tu experiencia ¿qué acciones concretas podrían llevar a cabo para ofrecer un mayor respaldo a empresas y asesores?
Las mutuas son un elemento vital y parejo a la actividad de los y las profesionales. Se trata de un amigo estratégico para nosotros y un compañero de andadura en el trabajo con las empresas que lideramos como empresarios y de las empresas que asesoramos y gestionamos.
La formación es imprescindible en el mundo del derecho del trabajo y de la Seguridad Social, por lo que colaborar mano a mano con las mutuas debe ser el estandarte de todos los profesionales que nos movemos en el mundo laboral.
Y, por último, ¿cuál es tu visión respecto a futuro de la profesión en un contexto de cambios legislativos y tecnológicos constantes?
Desde 2020 los cambios legislativos nos atropellan constantemente y ponen a prueba nuestra capacidad de cambio y de adaptación, lo que ha demostrado el valor que nuestra profesión genera en el ámbito jurídico y del asesoramiento.
Estos cambios y todos los que están por venir vuelven a evidenciar la necesidad de formación constante que los Colegios debemos ofrecer a nuestros y nuestras colegiadas, de una forma rápida, eficaz y eficiente.
Respecto de la tecnología, solo puede decir que es una realidad, una realidad no de futuro, sino de presente. Particularmente es un área en la que he invertido especialmente, teniendo un departamento propio de innovación y desarrollo dentro de mi despacho y con el que eliminamos el 100% del papel hace ya 10 años.
Con esto quiero decir que el desarrollo tecnológico no es una opción, es una obligación, que nos mantendrá en primera línea profesional y que nos hará eficaces y concienciados con el medio ambiente, otro aspecto del que todos somos responsables.